Después de cumplir metas sociales, enfrentar dolorosas experiencias y cuestionar la vida a pesar de tener aparentemente todo, emprendo un viaje de autodescubrimiento y conexión espiritual. Desaprendo lo innecesario, opto por vivir conscientemente y descubro herramientas como la Bioneuroemoción® y la Sabiduría Ancestral. Transformo mi perspectiva, entrenando mis pensamientos y siendo la directora de mi propia vida. Valoro la risa, el amor, las relaciones y la escritura como actos sagrados, con un corazón resiliente y que se asombra por las pequeñas cosas. Invito a otros a unirse a este camino continuo de aprendizaje y disfrute.
Después de una vida dedicada a alcanzar metas y logros profesionales impuestos por las expectativas sociales, donde se entrelazaron un divorcio, la pérdida de mis padres y mi hermana mayor, un profundo dolor en el corazón vuelve a irrumpir en mi existencia.
Este suceso me llevó a cuestionar el propósito de todo lo que acontecía en mi vida, incluso cuando aparentemente tenía “todo lo que deseaba” y lo que la sociedad consideraba como éxito (una empresa, un esposo, la familia perfecta, viajes y posesiones materiales). Entonces, solo me quedó un cuestionamiento, o mejor, una afirmación: ¡Debe existir otra forma de vivir la vida!
A partir de ese momento, Inicié un viaje de autodescubrimiento conectándome con la espiritualidad. Llegó entonces el momento de desactivar el piloto automático en mi vida, dando paso a un impulso renovado para vivir de manera plena y consciente. Aprendí a estar presente en el aquí y el ahora, permitiéndome ser y no solamente hacer. Mi enfoque se transformó, aprendí a vivir desde la alegría, el amor y la plenitud.
Forjé lazos de amor con personas que jamás imaginé encontrar en distintas partes del mundo, conformando así una familia energética elegida. Fue un proceso de desaprender lo innecesario y lo impuesto, para luego aprender desde un lugar nuevo, desde una versión renovada de mí misma.
Descubrir la Bioneuroemoción® me reveló la capacidad de entrenar mis pensamientos, mostrándome que no aprovechamos ni una fracción del potencial de nuestra mente. Decidí tomar acción y convertirme en la directora de la obra maestra que es mi vida, protegiendo mi paz de forma inquebrantable.
A través de la Sabiduría Ancestral, se desplegó ante mis ojos un mundo de magia y conexión con nuestra primera madre, la Madre Tierra. Aprendí a sentirme siempre conectada con la naturaleza, incluso en medio de ciudades de cemento, utilizando sus elementos para nuestro bienestar, y entendiendo su sabiduría y poder.
Con un corazón valiente y resiliente, amante de la risa y la alegría, las que considero nuestras mejores aliadas; apasionada por el amor y las relaciones, y por cómo estas influyen en nuestra vida; así como por la escritura, la que considero como un acto sagrado de entrega; con la capacidad de asombrarme ante las pequeñas cosas; y un alma que se expande cada vez que tengo la oportunidad de ofrecer mi servicio.
El camino continúa, y la constante búsqueda de aprendizaje debe guiar nuestras vidas. Aún nos queda mucho por descubrir y disfrutar, y hoy te invito a caminar este sendero junto a mí.